2 de febrero de 2011

23 de enero de 2011

De mi modo de gestión,
de cómo siento y me siento cuando busco en mi qué pasa.
Me encierro en mi misma y busco,
pienso, me siento,
y voy colocando y poniendo palabras,
y lo voy guardando en un cuaderno
para ser consciente de todo lo que ha ido pasando en mi y por mi cuerpo,
pero el tiempo es la constante que siempre pasa.
Del encierro lo malo es el aislar,
y de repente te das cuenta de que tal vez por no compartir,
tu entorno puede percibir la distancia,
y la duda es si el egoísmo está presente,
si ese egoísmo hace daño a alguien,
provocado por la introspección consciente,
pero egoísmo al fin y al cabo,
y por tanto un sentimiento de que existe desigualdad.
Pero también puede que no sea egoísmo,
que sea necesidad legítima de mí conmigo.
Pero el silencio,
gran amigo de las gestiones,
es lo que calla todo, y eso hay que cambiarlo,
no quieres callar,
quieres explotar y volar.
Por tanto hay que cambiarlo,
eso, la gestión,
y no dejar que la introspección bloquee la lengua,
te bloquee.

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